“La relación entre las universidades de la región (latinoamericana) y la francofonía es muy importante, contamos con programas cruciales de intercambio a distintos países de estudiantes y profesores en proyectos de investigación”, afirma el profesor José Ismael Peña, vicerrector de la UNAL Sede Bogotá.
Así lo expresó durante su intervención en la última Asamblea General de la Conferencia Regional de Rectores de Universidades Latinoamericanas (Crula), de los países miembros de la Agencia Universitaria de la Francofonía (AUF).
Fue antes del verano y, desde entonces, el marco de relaciones entre Francia y la LATAM de habla española se estrecha a cada paso. Porque la universidad latinoamericana no piensa ya solo en español. De eso van los procesos de internacionalización de la educación, de generar escenarios comunes donde ni las culturas ni los idiomas constituyan barreras insalvables.
“Tenemos un compromiso con la empleabilidad en el mundo y el giro que se le ha dado al enfoque de relacionamiento entre las regiones del sur es crucial, y lo hemos abordado desde hace 5 años en nuestro Plan Global de Desarrollo con miras al largo plazo”, aseguró el directivo.
El fortalecimiento de la movilidad internacional entre los países latinoamericanos y los de habla francesa, así como el impulso a la ciencia y el desarrollo de saberes, la diplomacia y una visión común para generar mejores estrategias de pluralidad lingüística y cultural, fueron algunos de los temas tratados en este último encuentro.
La pregunta que hay que hacerse, hablando en plata, es ¿qué se le ha perdido a Francia en un continente, el del centro y sur de América, donde el idioma español es el referente educativo? La respuesta es que, aunque muchos no lo sepan, y, no en vano, sea minoritario, el francés es hablado en varios países de América Latina, principalmente debido a la historia colonial, la influencia cultural francesa tras la revolución francesa, y sobre todo a una política internacional que ha sido muy consciente de la importancia de los intereses franceses en el mundo. No es por tanto casualidad que Francia mantenga en la región una vasta red diplomática, educativa, cultural y científica: 24 embajadas, 41 centros educativos franceses, 200 Alianzas Francesas.
Aunque el francés no es el idioma principal en ninguno de estos países, sigue siendo relevante en algunas áreas. Así, los países de América Latina en los que se habla francés incluyen Haití, el único país de América Latina donde el francés es el idioma oficial, y que usa el gobierno, la educación y la cultura. Sin embargo, la mayoría de la población haitiana también habla criollo haitiano (kreyòl ayisyen), que es la lengua materna de la mayoría de los haitianos.
Aunque no es un país independiente, Guayana Francesa es un departamento de ultramar de Francia y, por lo tanto, el francés es el idioma oficial y ampliamente hablado en la región. Y, si bien no está en América Latina, Canadá es un país de habla francesa en América del Norte. La provincia de Quebec es la principal región francófona en Canadá, y el francés es el idioma oficial de Quebec. Además, hay comunidades francófonas en otras provincias de Canadá.
Si bien el francés no es el idioma principal en otros países de América Latina, sin embargo, la influencia francesa se puede observar en la cultura, la arquitectura y la gastronomía de la región. Además, existen alianzas culturales y académicas entre Francia y varios países latinoamericanos que fomentan la enseñanza del idioma y la promoción de la cultura francesa en la región, pues no obstante el país galo ha intentado incrementar su influencia en la región desde la emancipación de los países hispanos.
A la referida reunión, realizada en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), asistieron invitados de todo el mundo, quienes se dieron cita para determinar las mejores estrategias de diálogo y cooperación de la primera red universitaria del mundo, con presencia en 13 países de América, entre ellos Colombia, Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, México y, precisamente, la señalada Canadá (Quebec).
En su seno, el doctor Édgar Varela Barrios, presidente de la Crula, insistió en que estos lazos internacionales sirven para dar una mirada plurilingüe a la ciencia y a la cooperación internacional. Aunque es cierto que en América Latina solo una minoría habla francés, reconocía, “uno de los objetivos de estas alianzas es ampliar el espectro y tener otras lenguas oficiales y pertinentes además del inglés”.
En este sentido, Slim Khalbous, rector de la AUF, explicó que desde esta agencia se ha buscado cambiar el paradigma con una estrategia en la que han participado expertos de todo el mundo, tanto de la academia como de entes gubernamentales enfocados en temas de educación.
“Hemos recibido más de 15.000 respuestas y tenemos un panorama global de lo que pasa en cada país de nuestra red en cuanto a su sistema universitario y científico, hay pocos lugares en donde no estemos, y ofrecemos numerosos programas para que se creen clubes francófonos en cada región”, indicó ante un auditorio universitarios convencido de que abrirse al mundo puede hacerse no necesaria ni obligadamente desde España, como referente por la coincidencia idiomática.
Según el experto de la agencia internacional, en su organización se tienen importantes ejes de transformación digital y gobernanza de nuevas tecnologías, creación de empleo y empresa, cooperación internacional desde la concertación con lo político, teniendo en cuenta que el 80 % de los sistemas universitarios dependen de la política pública. De igual manera impulsa la formación de nuevos educadores en lengua francesa y la búsqueda de valor agregado en la ciencia y tecnología de los países miembros.
La educación, una prioridad geoestratégica para Francia
La presencia de Francia en la educación latinoamericana se debe a una combinación de intereses, tanto culturales como estratégicos. Francia tiene un fuerte interés en promover la lengua francesa y su cultura en todo el mundo, incluyendo América Latina. No en vano, la enseñanza del francés y la difusión de la cultura francesa son objetivos importantes de sus políticas exteriores. Esto se logra a través de la colaboración con universidades y centros de enseñanza en América Latina.
Así mismo, la movilidad de estudiantes y académicos entre Francia y América Latina es beneficiosa para ambas partes. Francia atrae a estudiantes latinoamericanos interesados en cursar estudios superiores en sus universidades, lo que enriquece la diversidad cultural y aporta ingresos a las instituciones académicas.
Por su parte, la cooperación en investigación y proyectos científicos entre Francia y América Latina es fundamental para el avance del conocimiento en diversas disciplinas. Esto puede llevar a avances científicos y tecnológicos que beneficien a ambas regiones.
Y todo el mundo admite que la educación y la cultura son vías para fortalecer las relaciones bilaterales y diplomáticas entre Francia y los países latinoamericanos. La colaboración académica crea lazos que van más allá de lo puramente económico o político. En este marco, la presencia de instituciones culturales y educativas francesas en América Latina, como las Alianzas Francesas y centros de idiomas, fomenta el intercambio cultural y el entendimiento mutuo entre las dos culturas.
Mientras, a través de becas y programas de intercambio, Francia contribuye al desarrollo del capital humano en América Latina al proporcionar oportunidades de formación y estudio en diversas disciplinas. En tanto que eso, la cooperación educativa entre Francia y América Latina puede abordar desafíos globales como el cambio climático, la salud pública y la sostenibilidad. La colaboración en la educación superior puede ayudar a preparar a la próxima generación de líderes en la región, algo en lo que parecen estar de acuerdo a ambos lados del Atlántico
Por último, las universidades e instituciones de investigación francesas tienen un alto prestigio a nivel mundial. Nadie pone eso en duda. La presencia de académicos franceses y la oportunidad de obtener títulos de universidades francesas aportan prestigio y reconocimiento a los estudiantes y profesionales de América Latina.
Cabe preguntarse ahora que si estas dinámicas son para Francia una cuestión de Estado, también lo son para España o si se están haciendo los deberes para fortalecer los históricos vínculos en el otro lado del Atlántico. Desde ÉXITO EDUCATIVO no vamos a cejar en fomentar la colaboración cultural, académica y científica entre los países de Iberoamérica, siempre que sirvan para fortalecer los lazos históricos, compartir casos de éxito y contribuir al desarrollo de los recursos educativos de todas sus naciones.