Nuno Crato es profesor de Matemáticas y Estadística en la Universidad de Lisboa, actual presidente de Iniciativa Educação, una organización sin fines de lucro para fomentar la cualificación de los estudiantes, y miembro del Consejo Científico de la Educación Nacional del Gobierno francés. Antes, fue ministro de Educación y Ciencia de Portugal de 2011 a 2015, donde destacó por el giro, en positivo, que consolidó a la educación lusa como un referente en el marco europeo.
Crato es el protagonista del último programa ‘El pupitre digital’, el podcast de RADIO ÉXITO EDUCATIVO, que, dirigido y presentado por Víctor Núñez, se difundirá íntegramente el próximo lunes, día 18.
Su investigación académica se centra, entre otras cosas, en la evaluación de medidas políticas basadas en datos estadísticos, en particular en educación. Ha publicado extensamente en revistas de econometría y estadística y ha trabajado en análisis de políticas educativas, en particular en análisis de países de PISA y TIMSS. Obtuvo su doctorado en Matemáticas Aplicadas y Estadística y trabajó como profesor universitario e investigador en Estados Unidos antes de regresar a Portugal. Se desempeñó como decano de la Universidad Técnica de Lisboa y presidente de Taguspark, el mayor parque científico y tecnológico de Portugal.
‘Apología del libro de texto’ (Narcea Ediciones) es una de sus últimas obras ensayísticas de mayor impacto, en la que critica su “deficiente uso en algunas escuelas y entornos educativos, o incluso su abierto rechazo por ciertas corrientes pedagógicas”.
“Creo que el libro de texto en papel es más importante que el libro de texto digital. Pero también es verdad que los dos son interesantes para momentos diferentes. Por ejemplo, hay cosas que se hacen muy bien digitalmente, pero hay otras donde el papel es muy importante para estudiar”, cuenta en esta entrevista, donde matiza, no obstante, que “no es lo que discuto en ese libro. Lo que discuto en el libro esencialmente es que un libro de texto es necesario para estructurar el pensamiento y para estudiar de una forma que dé significado a lo que los estudiantes estudian”.
Sostiene Crato que los estudiantes, “todos nosotros, cuando aprendemos, aprendemos ideas que tienen un significado, que se integran en otras ideas que ya tenemos, en otros esquemas de pensamiento”. Es en este contexto en que, a su juicio, un libro de texto supone “una forma organizada, estructurada, para que se aprenda, para que se aprenda verdaderamente, no para que se sepa una cosa aquí, una cosa allá”.
Y el libro para Crato juega también un papel esencial en el desarrollo y potencial éxito de los sistemas educativos de un país, como explica en su entrevista con Víctor Núñez. Preguntado por la LOMLOE, Crato, tras recordar que criticó en su día la obsesión de algunos modelos por las competencias frente a la adquisición de conocimientos, señala que lo que debe estructurar el aprendizaje son los contenidos, no tanto las competencias.
“Porque los contenidos tienen una estructura, las cosas siguen unas a las otras. Vamos a estudiar física, por ejemplo, se estudia masa, peso, materia, cantidad de materia, los estados de materias, etcétera, las cosas son secuenciales y así se entiende. Geografía también, no se estudia una vez Andorra, el día siguiente Perú, el día siguiente Moscú… porque no tiene sentido, porque los estudiantes estudian las cosas así un poco dispersas, no las juntan para hacer significado, para construir sus modelos mentales del mundo”, dice.
Al respecto, ironiza con que la izquierda política europea parece estar más por las competencias que por los contenidos cuando esto mismo era lo contrario hace pocas décadas: “Es una cosa muy rara porque, si nosotros miramos la historia, vemos que lo que yo defiendo es lo mismo que defendían los comunistas italianos o los socialdemócratas de Suecia al principio, durante la guerra. Y los que eran más partidarios de las competencias y las cosas de una educación menos organizada eran el ministro Mussolini o los alemanes que estaban en Suecia”.
En este sentido, es cuando recobra fuera su tesis sobre el rol que desempeña el libro de texto, que lo ve como “una forma excelente para construir modelos mentales, porque están muy bien los que son buenos, bien estructurados, con una secuencia, y eso es importantísimo para estudiar, para asimilar las cosas, para entender las cosas”.
Nuno Crato huye de enmendar la plana a ningún país y sus respectivos modelos educativos. Al ser preguntado por la LOMLOE española, se cuida, en justicia, de, como él mismo dice, “dar lecciones a los españoles”, pero sí defiende su experiencia al frente del ministerio educativo en Portugal, su país. “Mi experiencia”, apunta, “es que los países que destacaron las cosas esenciales las hicieron bien, y las cosas esenciales son un buen currículo, evaluación frecuente y bien organizada, y apoyo a los estudiantes con más dificultades”.
“Es sencillo, son cosas muy sencillas”, indica Crato, que responde así a quienes presuponen que es preciso hacer revoluciones de los métodos de enseñanza. Sí, también, pero, insiste, “si estas tres cosas no se hacen, nada funciona”.
En este punto, admite que las matemáticas y la lengua fueron sus principales apuestas por mejorar la educación en su país de origen. “La lengua y la lectura es el principio de los principios. Y después las matemáticas elementales, y después las ciencias, el inglés, las artes, la geografía, la historia, todo eso”. “Pero sin saber leer bien, un niño no puede progresar”, espeta.
Y luego, agrega, “sin saber lo mínimo de matemáticas no puede estudiar otras materias, no puede estudiar física, por supuesto, no puede estudiar geografía, porque la geografía tiene coordenadas, tiene viento, velocidad, etcétera, y para todo eso necesitan de matemáticas elementales. Y cuando las matemáticas elementales no están bien asimiladas, bien aprendidas, las otras tampoco pueden ser”.
Y vital es para Crato la memorización, igualmente de capa caída en algunos nuevos modelos de formación. “La memoria es importantísima”, asevera.