La Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) ha reforzado su compromiso con la educación para enfrentar el impacto del crimen y la violencia en América Latina y el Caribe. Este esfuerzo cobra especial relevancia ante los datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que indican que los costos del crimen representan un 3,44% del PIB de la región, equivalentes al 78% del presupuesto destinado a la educación.
En este contexto, la OEI ha intensificado sus iniciativas para promover una cultura de paz y derechos humanos, apostando por la educación como pilar para construir sociedades más seguras y equitativas.
Una de las principales estrategias de la OEI ha sido fortalecer la integración regional a través de programas educativos que aborden problemáticas estructurales como la migración, la exclusión social y la precarización laboral. En noviembre de 2023, la OEI organizó en Madrid la segunda edición de la Reunión de Alto Nivel de su Programa Iberoamericano, centrada en el tema “Educación, Mercado de Trabajo y Migración”.
En este evento, se destacó la necesidad de cualificar a la población migrante para facilitar su inserción laboral y reducir las tensiones sociales que alimentan la violencia. Mariano Jabonero, secretario general de la OEI, señaló que la migración irregular y la precarización laboral son factores que agravan las desigualdades y aumentan la vulnerabilidad ante el crimen. Denisse Yanovich, del Georgetown Americas Institute, complementó esta visión al subrayar la importancia de sistemas migratorios seguros y legales para fomentar el desarrollo humano y económico.
Además de abordar cuestiones económicas, la OEI ha impulsado la educación en derechos humanos como un elemento fundamental para fortalecer la democracia y combatir la desafección hacia las instituciones. En un evento reciente en Madrid, celebrado en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, se debatió la necesidad de formar a las nuevas generaciones en valores democráticos y en la ética del acuerdo. Mariano Jabonero subrayó que «la educación en derechos humanos es esencial para la convivencia democrática».
Por su parte, Ángel Gabilondo, defensor del pueblo de España, destacó que “educar en la ética del acuerdo es la base de la formación democrática”, resaltando la importancia del diálogo como herramienta para construir consensos. En este marco, se presentó el documental Construyendo Futuro, una obra que visibiliza las experiencias de jóvenes migrantes en España y pone en valor la inclusión y la interculturalidad como herramientas de cohesión social.
El estudio del BID señala que, si América Latina pudiera reducir los costos asociados al crimen a niveles similares a los de Europa, se liberaría casi un 1% del PIB, recursos que podrían destinarse a programas de bienestar social, educación y desarrollo sostenible.
La OEI, alineada con esta perspectiva, trabaja para canalizar esfuerzos en programas educativos que no solo promuevan el aprendizaje técnico y ético, sino que también contribuyan a la construcción de comunidades más pacíficas y productivas.
El compromiso de la OEI con la educación, la democracia y los derechos humanos se refleja en su estrategia de colaboración con múltiples actores, incluyendo gobiernos, instituciones educativas y organizaciones internacionales. Estas alianzas buscan garantizar que la educación sea un motor de transformación social capaz de enfrentar los desafíos de la violencia y la inseguridad.
Con una visión a largo plazo, la OEI sigue impulsando iniciativas que integran la formación ética, el acceso equitativo a la educación y la cualificación laboral, mostrando que la inversión en educación no solo combate el crimen, sino que también es clave para un desarrollo sostenible e inclusivo en América Latina.