El gobierno de Aragón ha publicado un estudio que con el título “La transición de la educación al empleo, retos y expectativas en el mundo laboral” analiza la realidad laboral y su relación con los niveles de educación de los jóvenes aragoneses de entre 16 y 29 años.
Objetivo del estudio
Según se explica en el resumen ejecutivo del estudio, el objetivo principal del mismo ha sido explorar las dificultades que los jóvenes aragoneses tienen en su acceso al mercado laboral, los problemas de emancipación y el agravamiento de la situación laboral con la actual crisis del COVID-19.
Para diagnosticar el problema, se ha hecho un doble acercamiento metodológico y trabajo de análisis, por una parte, cuantitativo con recopilación y tratamiento de fuentes de datos estadísticos y, por otra, una aproximación cualitativa con reuniones de grupo y entrevistas en profundidad.
Análisis cualitativo
Según los autores del estudio, los jóvenes aragoneses y españoles en su conjunto cada vez estudian más y alcanzan títulos académicos más altos. Se trata, explican, de una respuesta a la crisis económica de 2008, y la sensación de unas mayores posibilidades de encontrar empleo con la titulación universitaria. Aunque el estudio desvela que los empleos no son acordes a su nivel formativo.
Las jóvenes aragonesas son las que acceden en mayor medida a los más altos niveles académicos, lo cual no parece revertir de manera directa, según el análisis, con una mejor y mayor empleabilidad, dada la brecha de género.
Por otro lado el alto porcentaje de jóvenes que solo tienen estudios secundarios o inferiores, se ven condenados a ocupaciones y sectores de actividad con contratos temporales y de baja remuneración.
Más formación, igual a menos paro
“Por el contrario, – prosigue el estudio – mayores porcentajes de formación profesional permiten transiciones al mundo laboral más suaves y progresivas. Aragón parece ser una buena muestra de ello, donde hay un 34,4% de titulados con Grados Superiores o Medios y es precisamente en este nivel formativo donde se dan menores niveles de paro respecto a los niveles de España, a lo que se uniría un cierto tejido industrial que parece sostener la demanda.»
Finalmente el informe concluye que “la juventud aragonesa, en gran continuidad con la del conjunto del estado, se caracteriza por lo que hemos denominado como la imagen de ser una “generación entre crisis” (la financiera de 2008 y la actual vinculada con la COVID-19), eventos desestabilizadores de sus contexto socio-económicos, que han venido a impactar en la propia imagen de viabilidad de sus proyectos laborales y vitales y que les han supuesto asumir altos niveles de inestabilidad en una gran parte de los ámbitos de sus vidas.”