Belén Blanco (Colegios Marianistas): «El contacto personal entre estudiantes es básico y esencial para su desarrollo»

La red de Colegios Marianistas ha abordado la reapertura del nuevo curso como siempre, como su celebrada vocación de hacer de los más jóvenes personas preparadas y con valores. Pero este año, tras la pandemia y, especialmente, a propósito del confinamiento, Colegios Marianistas se ha propuesto ‘celebrar’ más que nunca el reencuentro interpersonal. Y hacerlo a lo grande, de modo responsable, pero sin escatimar el espíritu de fraternidad y deseo de compartir que siempre caracterizo su ‘modus operandi’. Belén Blanco, responsable pedagógica de los Colegios Marianistas, reflexiona sobre el tiempo pasado, pero, sobre todo, sobre el esperanzador presente y futuro tras una era que no olvidaremos fácilmente, menos los escolares.

¿Qué mensaje específico se quiere trasladar con ‘Mejor nos vemos’ en el nuevo curso?

La falta de encuentro con otros durante este año y medio de pandemia ha condicionado el desarrollo, el aprendizaje y la socialización de muchos alumnos. La falta de relación nos ha dejado “huella”, a todos, y, especialmente a las personas más vulnerables, entre las que se encuentran los menores. Esta vulnerabilidad precisamente ha manifestado nuestra interdependencia, hemos evidenciado más que nunca que somos en relación con el otro. Se ha constatado que necesitamos vernos, mirarnos y encontrarnos.

Por tanto, este curso nuestra prioridad es el encuentro con el otro que transforma: “yo soy porque tú eres, porque tú eres yo soy”. Somos seres interdependientes y relacionales. El encuentro con otra persona es un acontecimiento fundamental para cada uno de nosotros. No solo me ayuda a conocerme, también a salir de mí mismo. Por eso, este curso queremos recuperar esos encuentros tan importantes que tenemos en el colegio. Seguiremos con las medidas higiénicas y sanitarias, pero intentaremos volver a vernos, juntarnos y mirarnos. Queremos ser artesanos de buenas relaciones basadas en el respeto, la cercanía, la fraternidad y el cuidado del otro.

¿Qué objetivos concretos os planteáis?

  • Regenerar el tejido de relaciones de la escuela entre los miembros de la comunidad educativa.
  • Celebrar que, poco a poco, nos vamos encontrando.
  • Ser conscientes de la importancia que tiene el verse y encontrarse con el otro, descubriendo que la relación nos construye y nos ayuda a salir de nosotros mismos.
  • Fomentar el encuentro y la relación para potenciar una interdependencia positiva.
  • Promover la responsabilidad social y el compromiso con los demás a través del encuentro con los demás.
  • Desarrollar competencias relacionales (la escucha, el diálogo, el reconocimiento del otro) fomentando la “cultura del encuentro” (Papa Francisco)
  • Sentirnos parte de un grupo, de una red, tener apoyos, compartir y sentirnos queridos y poder cuidar y sentirnos cuidados.

Porque la presencialidad a la hora de recibir educación es clave ¿no es así?

Hemos comprobado algo que nuestra tradición pedagógica ya nos decía, la educación es “un alma en contacto con otra alma”, esa es la fórmula pedagógica para llegar a ser. Ha sido sorprendente ver la alegría profunda con la que la mayor parte de los alumnos han vuelto a la escuela. Una alegría que han manifestado especialmente cuando se han empezado a recuperar actividades como tutorías, salidas, excursiones, convivencias…en definitiva, encuentros con otros.

Como educadores podemos decir que la pandemia ha demostrado lo que ya Sócrates inició, para que haya educación tiene que haber un encuentro entre dos personas. Es una relación en la que se produce una transmisión que es intencionada, sistemática, crítica e integral. Para alcanzar el fin de la educación que es dar a luz el ser que cada uno lleva dentro hace falta esa relación personalizadora.

Sin embargo, la virtualidad ha permitido salvar este tiempo tan inesperado…

Como muy bien dice la pregunta ha permitido “salvar”, es decir, superar una situación límite, inesperada ante la cual debíamos dar una respuesta rápida, que garantizase los mínimos para evitar que millones de niños y adolescentes sufrieran una gran brecha en su proceso de desarrollo académico y personal. Mirando para atrás podemos decir que, en los mejores casos, hemos podido mantener un cierto desarrollo académico e intelectual y un nivel básico de contacto entre iguales.

El retorno a las aulas nos está mostrando el verdadero resultado que esta virtualidad ha tenido. Los alumnos con una mayor capacidad de autonomía y autorregulación del aprendizaje, así como con mayores habilidades y competencias personales y sociales han tenido menos dificultades. Sin embargo, en muchos alumnos, sin necesidad de tener grandes dificultades, ha producido complicaciones en el desarrollo personal y académico.

Ahora nos encontramos con el gran desafío, ¿cómo hacer un uso humanizador de la tecnología? ¿cómo poner la tecnología al servicio del aprendizaje como un medio y no como un fin?

Por terminar dando un dato, la UNESCO revela una pérdida aproximada de dos tercios de un año académico en todo el mundo debido a los cierres que se produjeron como consecuencia de la COVID-19. Sin duda, este dato es mayor en personas y contextos vulnerables.

¿Hasta qué punto el contacto personal entre estudiantes es vital en el desarrollo del joven?

Es absolutamente básico y esencial. La necesidad de comunicarse con los iguales crece de manera alarmante en la adolescencia. De ahí su necesidad de estar horas hablando con sus iguales. La necesidad imperiosa de contacto refleja la importancia de la vida social.

Los compañeros y amigos ganan en importancia por muchas razones, entre las que están la de recibir ayuda, puesto que el vínculo familiar no le satisface ni le sirve de apoyo porque siente que no le deja espacio para su independencia. Surge entonces el fenómeno de la comparación social como instrumento para el propio conocimiento. Los grupos de amistad y de similitud se convierten en espacios esenciales en los que construir la propia identidad.

Estar en el grupo social, sin embargo, no es fácil por el miedo al aislamiento y la exclusión que lleva en muchas ocasiones a realizar conductas contrarias a uno mismo. Los adolescentes viven fuertes dilemas para elegir entre la permanencia en el grupo o los propios intereses personales. La resolución de estos dilemas son pasos fundamentales en la construcción del yo.

¿Quién cree que ha llevado peor la no presencialidad en los centros, los más pequeños o los ya adolescentes, tan activos socialmente fuera del ámbito educativo?

Por mi experiencia como docente y como madre, creo que, sin duda, los adolescentes. Para todos ha tenido sus consecuencias, pero cualquier persona y, sobre todo, cualquier educador sabemos que a partir de los 12 años la interacción con los iguales se convierte en el eje fundamental de la socialización y de la vida del adolescente. Los amigos sustituyen a la familia y se convierten en el centro de la vida.

Esta faceta de la psicología evolutiva del ser humano se ha visto de forma repentina frenada. Más difícil ha sido aún para aquellos chicos que por sus características personales o su propio proceso de desarrollo tienen más dificultades para esa socialización. Hemos visto como se han quedado más aislados con los consiguientes problemas emocionales y, en algunos casos, de salud mental.

Por otro lado, en el caso de los adolescentes hay que tener en cuenta el factor de la tecnología que, si bien les ha servido para poder mantener el contacto con amigos, ha aumentado el uso compulsivo de esta con todos los riesgos que conlleva para su seguridad y salud. Tal y como señala el filósofo Byung Chul-Han en su último libro “No cosas”, el móvil se ha convertido en un instrumento de dominación de todos, especialmente de los jóvenes, donde el pensamiento crítico es más complejo.

¿Cómo se plantean ejecutar los colegios marianistas este nuevo ideario de ‘Mejor nos vemos’, hay una primera fase, se diría que teórica, y una segunda de puesta en práctica ¿es así?

 A partir de un sencillo planteamiento teórico basado en el principio antropológico de que las personas somos fruto de los encuentros que tenemos y de la calidad de nuestras relaciones. Como lema y objetivo anual lo que queremos es vivenciarlo y experimentarlo. Para ello, planteamos las siguientes propuestas prácticas:

  1. Actividades trimestrales por etapas (retos, proyectos) que trabajarán competencias globales relacionadas con el currículo.
  • Primer trimestre: CELEBRAR EL VERNOS Y ENCONTRARNOS. Queremos centrarnos en celebrar que volvemos a vernos, a encontrarnos. Es el momento de acoger al otro, al compañero, especialmente al que es nuevo.
  • Segundo trimestre: EL TESORO DEL ENCUENTRO. Profundizaremos en que nuestros encuentros con los demás sean enriquecedores, constructivos, nos ayuden a conocernos, a crecer y salir de nosotros mismos. Queremos establecer relaciones positivas, alegres y respetuosas. Mirar con el corazón. Mejorar la calidad de los encuentros en la escuela.
  • Tercer trimestre. ABRIR EL ENCUENTRO. Abrir el encuentro a otras realidades, especialmente a las más vulnerables. Reconocimiento y agradecimiento por estos encuentros. Abrir las relaciones y los encuentros más allá de lo cercano y conocido. Entrar en contacto con otras realidades, especialmente algunas más vulnerables.

Además, hemos propuesto otras iniciativas como:

  1. Canción: se ha presentado un proyecto-certamen para elaborar la canción desde los colegios que se va a desarrollar en el primer trimestre.
  2. Propuesta de actividades inter-colegiales en conexión con la ONG “Acción Marianista”.
  3. Premios Domingo Lázaro: destinados a proyectos relacionados con el objetivo anual.
  4. Calendario titulado “Miradas” con reflexiones para cada mes.
  5. Curso de formación sobre la educación relacional y propuestas para implementar en los centros.
  6. Propuestas desde el área de pastoral.

Pero no se trata solo de propiciar la normalidad en la interrelación entre estudiantes, también se apunta en la campaña que se trata de acercarse a esas realidades socialmente vulnerables ¿De qué se trata?

La vida de quien se encuentra con las realidades más vulnerables, estén cerca o lejos, se enriquece y transforma. Una de nuestras características educativas es la educación para la justicia, la paz y el cuidado de la Tierra. Como educadores estamos llamados a educar personas de manera integral para su integración creativa en el mundo, intentando construir una sociedad mejor, más justa, más fraterna y solidaria.

Es esta una llamada internacional a formar ciudadanos comprometidos con el mundo. Para ello, como se ha señalado antes, propondremos en el tercer trimestre proyectos educativos para que nuestros alumnos se abran al encuentro con las realidades más necesitadas. Nos gustaría que cada uno hiciera un camino del yo al nosotros porque somos conscientes de que “a través de otros nos convertimos en nosotros mismos” (Lev Vigotsky)

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