Agresión en IES Francisco de Quevedo de Madrid: hablan los expertos

Acoso escolar
La Comunidad quiere erradicar el acoso entre escolares

La salida del IES Francisco de Quevedo, del madrileño barrio de San Blas, ha sido el escenario de la detención de dos adolescentes de 14 años por acosar, presuntamente, a otra chica. Las dos jóvenes han pasado a disposición de la Fiscalía de Menores. Estos hechos se ven agravados por la grabación y difusión de un vídeo (happy slapping). En él se aprecia que nadie ayudó a la víctima. La joven agredida tuvo que se atendida en el hospital Ramón y Cajal por diferentes contusiones y lesiones en la nariz. De hecho, lleva tres días ingresada.

Varios compañeros grabaron la agresión y la difundieron por redes sociales, aunque algunos de los receptores borraron el vídeo, según han declarado a la Policía Nacional. El vídeo ha servido como prueba para la denuncia interpuesta por los padres de la menor, que también añadieron diferentes mensajes en los que se comprueba que el ataque había sido planeado.

La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha el protocolo ante casos de acoso escolar tras la agresión. Las agresoras no son estudiantes del IES Francisco de Quevedo, sino que acuden a otro centro.

Hablan los expertos

Para tratar de encontrar explicaciones a estos hechos tan graves en ÉXITO EDUCATIVO nos hemos puesto en contacto con varios profesionales especializados en acoso escolar y violencia juvenil. Para estos, el entorno social y el tipo de centro educativo no parece ser un factor clave a la hora de que se produzcan estos hechos. “El entorno social influye en el entorno educativo, sobre todo en la inversión de recursos y en la violencia estructural general, pero no se ha constatado que aumente los índices de maltrato y acoso entre escolares, al igual que sucede con la titularidad de los centros (públicos, privados y concertados)”, afirma Abel González, director de Criminología en la UDIMA.

“Del mismo modo influye en la participación de las familias en la búsqueda de soluciones y en la implicación durante las medidas, pero no significativamente; lo que influye es la implicación de los docentes, y no hay evidencia de que en los privados y concertados se impliquen más”, explica Pedro Campoy, profesional especializado en violencia juvenil y profesor en la Universidad de Extremadura.

Para este experto, “el happy slapping como modalidad complementaria no tiene por qué acompañar a un fenómeno de acoso; sencillamente un “ajuste” de cuentas puede detonar esta conducta, sin que necesariamente haya un episodio de maltrato entre iguales previo”.

«Las consecuencias de una agresión pueden intervenirse policial y judicialmente; la prevención sólo puede acometerse desde la educación», ha explicado para Éxito Educativo, Beatriz de la Riva, doctora en pedagogía y profesora de la UCM.

Desde la dirección del centro se tomarán las medidas disciplinares adecuadas según el Decreto de Convivencia donde se determina que es una falta muy grave “el uso de la intimidación o la violencia, las agresiones, las ofensas graves y los actos que atenten gravemente contra el derecho a la intimidad, al honor o a la propia imagen o la salud contra los compañeros o demás miembros de la comunidad educativa”.

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