PISA y tecnología: algo parece estar cambiando

La semana pasada se publicaron los resultados del Informe PISA, correspondientes al año 2018. Los anteriores databan de 2015, ya que la prueba se repite cada tres años. Los resultados generales son bien conocidos por todos, con la decepción que ha supuesto la bajada del nivel en matemáticas y ciencias de los estudiantes españoles en su conjunto. También ha llamado la atención el hecho de que los resultados globales de PISA han sido también de bajada en casi todos los casi 80 países que participan.

¿Qué está pasando? ¿Cómo puede ser que el nivel de los estudiantes de todo el mundo vaya a peor? La tendencia debería ser siempre de mejora, ya que disponemos de mejores métodos, estamos mejor preparados que nunca, y las cifras económicas y sociales del mundo tienden a mejorar. Parece que todo mejora menos la educación, que va para atrás.

Foco equivocado

La mayor parte de los análisis publicados en nuestro país se han centrado en las tradicionales comparaciones entre regiones, dónde está cada una, las comparaciones con otros países, destacando algunos buenos resultados que han llamado la atención como el de Galicia o Estonia. Y poco más. Apenas se ha profundizado.

De esta manera, el foco se ha situado en aspectos superficiales, que a veces pueden tener que ver incluso con factores de pura suerte. Con ello me refiero a que las diferencias que se han producido hacia arriba o hacia abajo podrían parecer grandes, pero miradas con perspectiva son muy pequeñas, y las anécdotas puntuales de subidas o bajadas de algunos países o regiones, que es donde nos fijamos, nos hacen perder de vista el marco general, y la tendencia masiva de retroceso. Tanto en España como en todo el mundo.

La verdadera reflexión que conviene hacer con los datos de PISA es por qué parece que la educación va hacia atrás en general en un mundo que tiende de manera global a ir hacia adelante. Independientemente de las anécdotas de tal o cual país o región. Se han echado de menos análisis generales de este tipo.

PISA y tecnología

Volviendo a la temática general de esta sección, la tecnología y la educación, diremos que aún es pronto para analizar con el detalle necesario los resultados que ha deparado PISA. Pero sí se pueden adelantar algunos puntos llamativos de esa relación.

El primero de ellos tiene que ver con el hecho de que el liderazgo en resultados está siendo copado por países del mundo y regiones españolas que son intensivas en tecnología. Si en el pasado se hablaba del éxito de Finlandia o Castilla y León, que eran alabadas por su éxito ajeno absolutamente a aspectos tecnológicos, ahora conviene analizar por qué la aceleración se ha dado en China, Singapur o Estonia, en el plano internacional, o en Galicia, a nivel de España. En casi todos los casos, se trata de territorios que han apostado claramente por el uso de la tecnología en la educación.

Esto es algo que ha cambiado claramente en esta edición de la prueba con respecto a las anteriores. Y debe hacernos reflexionar. Hasta ahora, los análisis de PISA nos indicaban que el uso de la tecnología no estaba relacionado con mejores resultados. Pero la tendencia parece estar cambiando.

Desde esta sección estamos deseando que se puedan realizar análisis detallados sobre esta relación entre el uso de medios digitales de enseñanza y los resultados de los estudiantes en esta última oleada de PISA. Y estaremos atentos a lo que se publique al respecto. Si nuestros amables lectores tienen información pueden dejarla en los comentarios.

Julián Alberto Martín

La tecnología, ¿mejora la educación?

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