Tecnología y educación en 2020: no es un año cualquiera

Estos días son propios de echar la vista atrás para hacer resúmenes y balances del año que ha terminado, pero nosotros más bien queremos mirar al futuro, para intentar avanzar cómo va a ser el año que está comenzando. Siempre hacia adelante.

Además 2020 no es un año cualquiera. Supone un cambio de década psicológicamente (ya sabemos que en puridad la década comienza en 2021), y eso predispone a cierta novedad. Pero también sucede que muchos planes estratégicos se fijaron con esta cifra redonda como objetivo. Muchos hablan no del «dos mil veinte», sino del «veinte veinte». Está claro que es un año horizonte. Un año clave.

Así que vamos a preguntarnos. ¿Qué hemos conseguido? ¿Qué retos tenemos para el 2020? Siempre centrados en nuestra temática: la tecnología educativa.

En primer lugar, como ya vimos al comienzo de esta serie de artículos, miraremos la conexión a Internet, como un principio básico. En 2020 deberá estar garantizada en todas las aulas. A estas alturas del siglo XXI, si su centro no ha alcanzado el estatus de lugar con Internet ubicuo, algo está fallando. Soluciónelo con urgencia. Un objetivo «veinte veinte» es la provisión universal de Internet en la escuela.

Un millón de dispositivos

Después de la conexión, viene otra infraestructura necesaria: las máquinas. Ya comentamos en otro artículo que no es la decisión más importante que debemos abordar en tecnología educativa, pero sí hay que tomar partido. No puede no haber dispositivos.

En números redondos, y simplificados, podemos decir que en Primaria y Secundaria en España hay alrededor de un millón de dispositivos en las aulas, para unos cinco millones de estudiantes. Aproximadamente. Esto supone que un 20% de chicos y chicas pueden utilizar medios digitales en su día a día en los centros.

Es un alcance no masivo, pero sí muy significativo. Una educación tecnológica ya es posible en un número alto de aulas. Esto es un hito importante. Lo digital está dejando de ser periférico, para comenzar a situarse en el centro. Hasta ahora, de tecnología educativa se encargaban los departamentos de innovación. Esa gente que hace los experimentos. Y ya sabemos que los experimentos se hacen con gaseosa. Pero poco a poco eso está dejando de ser así. Lo digital está empezando a ser nuclear en educación.

Y no puede ser de otra manera. Ya dijimos en nuestra primera intervención que la competencia digital no debería verse de manera aislada, sino que el objetivo debería ser que los estudiantes adquieran las competencias con medios y herramientas digitales, si no queremos que sus aprendizajes pasen a ser obsoletos inmediatamente.

El reto 2020

Además, el porcentaje de estudiantes que ya disponen de medios digitales está creciendo cada vez más deprisa. Del actual 20% pasaremos a un 50% en ¿tres años? ¿cuatro? Y eso sin contar con iniciativas como las que buscan aprovechar el uso de los móviles en el aula, como la que se ha lanzado en Cataluña el mes pasado. Si las tenemos en cuenta, en Secundaria estamos muy cerca del 100% de estudiantes. El reto ya está aquí: aprovechar ese potencial. Porque de eso precisamente se trata.

Desde que comencé a trabajar en el sector, en el lejano 1998, siempre he tenido claro que habrá un momento en el que la educación será fundamentalmente digital. Hacia el año 2000, otro hito especial, en la época de la «nueva economía» y las «puntocom», parecía que esa situación iba a llegar muy pronto. Sin embargo, veinte años después aún no se ha alcanzado. Pero cada vez está más cerca.

Así, nuestra apuesta es que la fruta ya está madura. Ya hay conexión a Internet de calidad. Ya hay dispositivos. No puede haber excusas. El año 2020 será el momento quizá no todavía en el que la educación pase a ser digital de manera mayoritaria, pero sí en el que lo digital en educación deje de ser terreno exclusivo de la innovación, y pase a ser ocupación de todos los que estamos en el sector.

¿Alguien concibe en 2020 una educación que no tenga en cuenta lo digital? Seguramente hoy en día casi nadie dirá que no (aún quedan algunos). Y eso es desde luego un cambio muy grande con respecto a años anteriores. Ahora hay que empezar a construir en serio. Y a ello modestamente intentaremos contribuir desde esta tribuna. No se lo pierdan.

Julián Alberto Martín

La tecnología, ¿mejora la educación?

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